El polvo no sólo esconde los consabidos ácaros, sino productos químicos mucho más peligrosos como sustancias aditivas que se incorporan a los productos de consumo habituales para conferirles ciertas propiedades. De este modo, pueden estar presentes en objetos tan comunes como alfombras, plásticos, ropa, cosméticos, mobiliario o pinturas. Pese a que sus efectos son a largo plazo, pueden ser tóxicos para la reproducción, comportarse como disruptores endocrinos o incluso resultar cancerígenos.
El proceso de OZONIZACIÓN es una solución a este problema. El ozono es una variedad del oxígeno, de fórmula O3. Su estado natural es gaseoso, de olor agradable y ligeramente azulado. La fórmula altamente reactiva del ozono actúa como un higienizante altamente poderoso y constituye el medio más activo, eficaz y serguro para la desinfeccion y desodorización de tales zonas.
Los materiales tratados por ozonización no adquieren ninguna nueva propiedad (color, sabor, olor) tras el tratamiento, puesto que el posible ozono residual desaparece al cabo de poco tiempo. El ozono presenta grandes ventajas, al tratarse de oxígeno activo que no deja residuo alguno ni aporta sustancias extrañas a los elementos que han sido tratados.
La OZONIZACIÓN es especialmente útil en tratamientos de esterilización (es un potente microcida, actuando sobre bacterias, mohos y virus) y desodorización (actúa sobre los hidrocarburos del humo y materias contaminantes en general).